martes, 31 de diciembre de 2024

Por qué este fin de año no necesitas hacer balance (y está bien)


Cada diciembre parece que todos entramos en el mismo ritual colectivo: mirar hacia atrás, medir lo que logramos, lamentar lo que no, y trazar un plan maestro para el próximo año. 

¿Lo logré?

¿Qué hice bien?

¿Qué pude haber hecho mejor?

Y de repente, las listas de logros, las metas incumplidas y los proyectos pendientes llenan nuestra cabeza de basura. Sí. Basura.
Pero ¿y si este fin de año te dejas en paz? ¿Y si este fin de año no fuera sobre listas ni balances, sino sobre simplemente estar?

El mito del balance perfecto

Vivimos en un mundo que nos pide ser productivos todo el tiempo. Si no lograste todo lo que te planteaste, parece que fallaste en el contrato social del éxito. Pero, ¿por qué necesitamos medir todo? El tiempo no se detiene ni espera a nuestros calendarios.
La vida no ocurre en ciclos perfectos de 12 meses; simplemente pasa.

No voy a negar que he hecho balances, me he planteado metas y he trazado un plan para conseguir cada una de ellas. Algunas las logré y otras tantas no. Tampoco voy a negar la importancia de trazarnos metas, pero creo que estamos errados en la forma de enfocarlas. Me explico. Trazar metas como algo a lograr porque eso me va a ayudar a tener una vida más alineada con mis valores sí, pero sin olvidarnos del proceso. 

La meta en realidad no importa, lo que importa es en quién nos convertimos mientras vamos transitando el camino. Estar presente en el proceso es fundamental. 

La trampa de las metas 

Desde mi experiencia, siento que el “esfuerzo” está sobrevalorado. Yo le he puesto esfuerzo a muchas cosas y no me han salido. Algunas sí, pero otras muchas no. Y también, algunas cosas las he conseguido sin mucho esfuerzo; ¿ y eso me hace menos digno/a o le quita valor al resultado? No. 

Por eso te invito a que te preguntes: ¿qué pasa si le pones esfuerzo, pero aún así no lo conseguís? ¡No pasa nada! Sos suficiente de todas maneras. No tienes que demostrarle nada a nadie, ni siquiera a vos mismo/a. ¿Y si la vida tiene un plan mejor para vos? Tal vez tu conciencia ni siquiera puede imaginar que puede ocurrir algo mucho mejor que tu creencia en este momento. 

Creer que controlamos nuestra vida al 100% me parece un poco ilusorio. No es la meta. Repito: es en qué persona te conviertes en el camino.

La lección de la naturaleza 

En lugar de hacer balance, tal vez deberíamos observar el curso de la naturaleza. ¿Acaso la naturaleza hace balance? No, solo sigue su ciclo. Nos enseña algo clave: todo está en constante cambio.
Cada momento es nuevo y, por lo tanto, incomparable. 

No eres la misma persona que comenzó este año, pero tampoco necesitas etiquetar esa transformación como buena o mala. Solo es.


Tu ser es más que lo que logras

Imagina no hacer una lista de “éxitos” ni “fracasos” de este año. En cambio, simplemente pregúntate: ¿Cómo me siento hoy? El verdadero éxito -para mi- está en cómo te relacionas con lo que te ocurre, no en lo que logras. Tu esencia no depende de lo que hiciste o dejaste de hacer. Al abrazar esta idea, nos liberamos del peso de hacer balances. 

Menos metas, más presencia

Planificar puede ser útil, pero también es un arma de doble filo. Muchas veces, las metas se convierten en una fuente de ansiedad. ¿Qué pasa si no las cumples? ¿Qué pasa si cambias de opinión sobre lo que querías en enero?

Las metas no son malas en sí mismas, pero el apego a los resultados sí lo es. La clave está en disfrutar el camino, sin obsesionarte con llegar a un destino concreto. Tal vez este fin de año no necesitas un vision board; quizá solo necesitas un respiro y agradecer el aprendizaje que te dejó cada momento, incluso si tu mente lo juzga como “malo”.

No hay un momento perfecto para reflexionar ni para empezar de nuevo. Cada día es una oportunidad para recalcular. Repito de nuevo: la verdadera transformación no está en lo que logras, sino en quién te conviertes mientras vives.

Y si en este proceso de introspección sientes que estás lista para profundizar, te invito a explorar mis sesiones individuales: RAÍZ, un espacio para descubrir cómo abrazar tu transformación personal sin la presión de los resultados inmediatos, sino desde un lugar de presencia y autenticidad. La clave está en el camino, y en aprender a gestionar nuestras emociones. Si quieres saber más me encuentras aquí.



Así que, si no haces balance, está bien. Este año simplemente déjalo ser. Sin medir, sin evaluar, sin vision boards. Solo tú, el presente y la libertad de saber que no tienes que llegar a ningún lado.

¿Qué opinas? ¿Te animas a dejar de lado las metas y solo ser?


jueves, 12 de diciembre de 2024

MINDFULNESS VS MEDITACIÓN: desmontando mitos y falsas creencias

Muchas veces escuchamos hablar de mindfulness y meditación como si fueran lo mismo, pero aunque están estrechamente relacionados, ya que ambos conceptos provienen de la  búsqueda del bienestar, cumplen funciones distintas.

En este artículo, te cuento cuáles son sus diferencias y cómo se complementan.


¿Qué es el Mindfulness?

El mindfulness, o atención plena, es un estado de consciencia en el que elegimos estar presentes, aceptando lo que ocurre sin juzgarlo. Según la Psicología Positiva, esta práctica nos ayuda a fortalecer el optimismo y la resiliencia emocional, permitiéndonos disfrutar más de los pequeños momentos de la vida.

Te pongo un ejemplo cotidiano: imagina que tomas mate por las mañanas. Si te concentras en el sabor, en cómo el agua calentita pasa por tu garganta, estarías experimentando mindfulness en acción. Sin embargo, solemos tomar mate mientras trabajamos o revisamos el teléfono, lo que convierte ese momento en algo mecánico, sin darnos cuenta de lo que verdaderamente estamos haciendo.

Beneficios del mindfulness:

  • Reducción del estrés.
  • Mejor capacidad para regular nuestras emociones.
  • Mayor claridad mental y conexión con el presente.



¿Qué es la Meditación?

La meditación es una práctica que nos invita a entrenar nuestra mente para desarrollar habilidades como la atención plena, la concentración o la calma interior

Si el mindfulness es el "estado", la meditación es el "camino" que nos lleva hasta allí.

Es una herramienta específica para cultivar mindfulness, pero también puede tener otros objetivos, como la relajación profunda o la autorreflexión.

Tipos comunes de meditación:

  • Meditación mindfulness: centrada en observar pensamientos y emociones sin juzgarlos.
  • Meditación de concentración: uso de un punto de enfoque como la respiración o un mantra.

¿Cómo se relacionan y complementan?

Mindfulness y meditación no son conceptos opuestos; son aliados. Practicar meditación de manera regular fortalece nuestra capacidad de estar en el presente, mientras que incorporar mindfulness a nuestras actividades diarias nos ayuda a sostener los beneficios de la meditación a largo plazo.

Mindfulness como resultado: la meditación es una forma de desarrollar y fortalecer tu capacidad de atención plena.

Mindfulness en acción: a diferencia de la meditación, que suele hacerse en un espacio y tiempo definido, el mindfulness puede estar presente en cualquier actividad cotidiana.

La meditación es como el gimnasio donde entrenas tu mente. Y el mindfulness es la habilidad que llevas contigo todo el día, como un músculo que fortaleciste en el gimnasio.

¿Cuál deberías practicar?

Ambos tienen mucho que ofrecer, pero depende de tus necesidades:

  • Si buscas un espacio dedicado para calmar tu mente: medita.
  • Si quieres transformar tu relación con el presente en cualquier actividad: practica mindfulness.

¿Cómo comenzar?

  1. Prueba una meditación corta de 5 minutos al día. Siéntate en silencio, enfoca tu atención en la respiración y deja que los pensamientos vayan y vengan sin apegarte a ellos.
  2. Incorpora mindfulness a tu rutina diaria. Toma un momento para ser consciente de cómo caminas, comes o incluso lavas los platos.
  3. Combina ambas prácticas: Alterna entre momentos de meditación y actividades de mindfulness para lograr un equilibrio que funcione para vos.

Entonces, ya que el mindfulness y la meditación son aliados, no tienes que elegir entre uno u otro, porque ambos se complementan muy bien. Lo importante es comenzar de a poco y explorar qué se adapta mejor a tus necesidades y estilo de vida.

Si quieres comenzar a practicar mindfulness, puedes comenzar descargándote el PDF con más de 50 preguntas disparadoras que he hecho pensado especialmente para que puedas conectar con tus emociones y comenzar a escribir de manera habitual.

¡Cuéntame en comentarios si lo has hecho!

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jueves, 21 de noviembre de 2024

La última impresión también cuenta

Vivimos en un mundo que exalta la importancia de las primeras impresiones. Nos enseñan que lo primero que proyectamos es lo más importante porque, se supone, define cómo los demás nos perciben. Pero ¿te has puesto a pensar en la última impresión? ¿Te has fijado en cómo te despides de una conversación, de un trabajo o incluso de una relación? Nos preocupamos tanto en causar buena impresión al llegar a una cita o a una entrevista, pero, es en el acto de partir, donde muchas veces se refleja con mayor claridad quiénes somos realmente. ¿Cuidamos tanto nuestra imagen cuando nos vamos de lugares o terminamos vínculos?


Las huellas emocionales que dejamos

Siempre hablamos de primeras impresiones, pero, ¿te has detenido a pensar en cómo te despides? Es curioso, porque ese último momento es lo que realmente queda grabado en la memoria de los demás. Piensa en el momento que dejas un trabajo, ¿qué es lo que recuerda tu jefe o tus compañeros? ¿La emoción de cuando llegaste o la forma en que cerraste la puerta por última vez? Lo mismo pasa con las relaciones. No importa cuán mágico fue el inicio si el final está lleno de reproches o indiferencia. Las despedidas son como el último párrafo de un libro: pueden hacer que lo ames para siempre o que lo dejes olvidado en un rincón.

¿Qué revela de ti cómo te vas?

La manera en que te despides habla de tu carácter, tus valores y tu capacidad para manejar los cierres. Si te vas de una conversación sin decir adiós, quizá proyectas desinterés. Si dejas un trabajo sin agradecer, podrías parecer desagradecido. Pero si cierras con honestidad, con palabras amables y respeto, eso dice mucho de ti.

Por ejemplo, ¿recuerdas alguna vez que alguien terminó una relación contigo de forma abrupta o hiriente? Esa experiencia probablemente cambió cómo lo percibías, sin importar lo bueno que pudo haber sido al principio.

¿Por qué cuidamos más el inicio que el final?

Desde siempre nos enseñaron que lo más importante es cómo entramos a un lugar. Preparar un buen discurso, sonreír, ser agradables. Nos ponemos nuestra mejor ropa para causar esa primera impresión, pero nadie nos dijo que el final también merece atención.

¿Por qué sucede esto? Tal vez porque tememos más ser rechazados al principio que ser olvidados después. Pero los finales son igual de importantes, si no más. De nada sirve tener un comienzo perfecto si al final dejamos una sensación amarga. Es como ir a una cena maravillosa pero que el postre esté quemado. ¡No lo olvidas!

En realidad las últimas impresiones tienden a ser más significativas porque generalmente están vinculadas a emociones intensas. Nuestro cerebro tiene una forma de recordar los momentos más cargados emocionalmente, lo que se conoce como memoria episódica. Esto significa que, cuando vivimos una experiencia muy intensa, la recordamos con más claridad. Un concepto psicológico que explica esto es el efecto de recencia, que sugiere que las últimas experiencias que vivimos tienen un peso mayor en nuestra memoria.

Imagina que estás en una conversación profunda, y al final, alguien te da un abrazo cálido o una palabra de aliento. Ese gesto, ese cierre amable, se quedará grabado mucho más que cualquier otra parte de la conversación. Las despedidas, especialmente cuando están llenas de emociones complejas, dejan una marca poderosa. Por eso, la forma en que nos vamos de un lugar o de una relación puede definirnos más que la forma en que llegamos.

Escribir para despedirse 

No todos sabemos despedirnos bien, y eso está bien. Es algo que se puede aprender. Una herramienta que me ha ayudado con las despedidas es la escritura. La escritura es una forma de procesar emociones, de reflexionar sobre lo que sentimos  y lo que necesitamos soltar.

Si alguna vez has sentido que una despedida te dejó más preguntas que respuestas, escribir sobre ello puede ser una forma de encontrar claridad. Algunas preguntas que puedes explorar en tu proceso son:

  • ¿Qué emociones quiero dejar al irme de una situación o relación?
  • ¿Qué me gustaría que los demás recuerden de mí?
  • ¿Qué siento cuando soy yo quien se queda después de que alguien más se va?


He creado un PDF con más de 50 preguntas disparadoras que te ayudarán a conectar con tus emociones y comenzar a escribir de manera habitual. Al hacerlo, puedes ponerle nombre a esas emociones que muchas veces dejamos sin procesar, y encontrar la paz que viene con el cierre. Descárgalo aquí

¡Escríbeme en comentarios qué te pareció!

jueves, 7 de noviembre de 2024

¿Te cuesta expresar lo que sientes? Descubre la alexitimia

¿Alguna vez te has sentido incapaz de decir lo que sientes? La alexitimia podría ser la razón detrás de esta dificultad. Aquí, exploraremos qué es la alexitimia, sus características, cómo afecta a quienes la padecen y, lo más importante, acciones que puedes tomar para dejarla atrás.


¿Qué es la alexitimia?

En algún momento, todos hemos sentido una especie de bloqueo emocional, como si algo nos impidiera expresar claramente lo que nos está pasando por dentro. Pero para algunas personas, esta dificultad es mucho más que un momento pasajero; es un rasgo duradero conocido como alexitimia. Este término, que significa literalmente “sin palabras para los sentimientos”, se utiliza en psicología para describir la incapacidad de expresar emociones verbalmente. Es importante entender que la alexitimia no significa no tener emociones, sino no poder darles forma, nombrarlas o compartirlas de manera efectiva.

El psiquiatra, Peter Sifneos, fue uno de los primeros en investigar este fenómeno. Desde entonces, la ciencia ha investigado esta condición, revelando que, si bien puede estar relacionada con factores neurológicos o de desarrollo, todos podemos experimentar algún grado de alexitimia en ciertas etapas de la vida. Esto puede ser especialmente común en situaciones de estrés, trauma o, simplemente, como una respuesta adaptativa que hemos aprendido a lo largo del tiempo.



¿Cuándo fue la última vez que no pudiste expresar lo que sentías?
Reflexionar sobre este tipo de situaciones puede ayudarte a entender tu relación con tus emociones. La alexitimia se manifiesta de muchas formas:

  • Dificultad para identificar y describir tus emociones.
  • Utilizar un lenguaje extremadamente literal y descriptivo al hablar de eventos personales, sin involucrar lo emocional.
  • Enfocarte en hechos o detalles en lugar de en tus sentimientos (pueden tender a demostrar afecto a través de acciones concretas más que verbalizándolo).
  • Tener problemas para entender y responder a las emociones de los demás.

¿Te reconoces en alguna de estas características?

Por ejemplo, alguien con alexitimia puede narrar una experiencia intensa sin mostrar emoción alguna, como si estuviera contando una historia ajena. Si te reconoces en esto, puede que hayas sentido alguna vez que “no tienes palabras” para tus sentimientos, o incluso que es difícil saber qué estás sintiendo en ciertos momentos.

Cómo afecta la alexitimia y cómo actúan las personas que la padecen

La alexitimia puede tener un profundo impacto en nuestras relaciones interpersonales, por ejemplo,  pueden volverse más racionales y menos afectivas. La incapacidad de verbalizar o manifestar emociones tiende a reducir la conexión con los demás, ya que la verdadera intimidad y empatía nacen del compartir emociones, de mostrarse vulnerable.

Imagina que alguien cercano te cuenta algo doloroso que le ha sucedido. Si tienes rasgos de alexitimia, puedes responder enfocándote en los detalles o en los aspectos prácticos, sin expresar mucha empatía o apoyo emocional. Para la otra persona, esto puede sentirse distante, y puede interpretar tu respuesta como una falta de interés. En realidad, es más bien una barrera interna que dificulta tu manera de procesar y expresar sentimientos.

Las personas con este rasgo también suelen comunicar amor y afecto a través de actos. Por ejemplo, en lugar de decir “te quiero”, es común que busquen demostrarlo haciendo cosas, ayudando, estando presentes en silencio. La dificultad radica en que, aunque los actos son importantes, las palabras y el lenguaje emocional también son necesarios para nutrir las relaciones.


Acciones para dejar atrás la alexitimia 
¿Cómo saber si estás pasando por una etapa alexitímica?

Superarla puede parecer un reto, pero no es imposible. La clave está en practicar el autoconocimiento y en explorar formas creativas y reflexivas de expresarse:

1. Desarrolla tu termómetro emocional

El primer paso para expresar tus emociones es identificarlas. Un indicador puede ser tu estado físico: muchas personas con dificultades para expresar emociones tienen síntomas psicosomáticos como insomnio, molestias en el cuerpo, cambios en el apetito o tensiones musculares. Es un reflejo de que el cuerpo está reteniendo algo que no has podido procesar o exteriorizar.

2. Escribe tus emociones

La escritura es una herramienta poderosa para conectar con tus emociones. Un diario personal puede ayudarte a darles forma a esos sentimientos que no sabes cómo expresar. No necesitas escribir un texto largo; basta con anotar lo que has sentido en el día, usando palabras como “yo siento”, “yo quiero”, “yo necesito”. Este lenguaje es el que permitirá que tu mente empiece a reconocer tus emociones y a verbalizarlas de manera más clara.




3. Expresa lo que sientes en voz alta

A veces, cuando decimos algo en voz alta, es como si la emoción cobrara vida y claridad. Puedes empezar frente al espejo o en un lugar privado. Esto ayuda a romper el silencio emocional y permite que poco a poco te familiarices con la práctica verbal.

4. Explora la comunicación no verbal

No todas las emociones tienen que ser expresadas con palabras. La música, el arte y el deporte son canales muy efectivos para liberar y compartir lo que llevas dentro. Es frecuente que los músicos compongan canciones basadas en sus sentimientos, y que los atletas usen el deporte como una válvula de escape emocional. Encuentra una actividad que te permita canalizar lo que sientes de forma creativa, y verás cómo logras expresar y liberar emociones reprimidas.

5. Practica mindfulness y escucha a tu cuerpo

La meditación puede ayudarte a tomar conciencia de tu cuerpo y a identificar dónde se alojan las emociones que no logras expresar. Practicar ejercicios de respiración y estar presente en el momento te conectará con lo que sientes. Respirar, observa cómo se siente tu cuerpo y qué pensamientos surgen, es una manera de “escuchar” lo que sientes y darle espacio.


¿Listo/a para comenzar tu viaje emocional?

Te invito a unirte a un encuentro gratuito de journaling para comenzar a conectar contigo. Exploraremos ejercicios prácticos para expresar lo que sientes y piensas sin censura. Es una oportunidad perfecta para empezar a liberar esos sentimientos que guardamos en un entorno seguro. Regístrate [aquí] y te avisaré cuando será. 

¿Te gustaría aprender más sobre tus emociones?

Si quieres profundizar en el tema, te recomiendo "El hombre que confundió a su mujer con un sombrero" de Oliver Sacks, que, aunque no trata exclusivamente de alexitimia, ofrece interesantes perspectivas sobre la conexión entre emociones y el cerebro.

No dejes pasar la oportunidad de descubrir nuevas formas de conectar contigo. Te animo a llevar un diario y a participar en el encuentro de journaling. ¡Es hora de liberar tus emociones y aprender a expresarlas!

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jueves, 17 de octubre de 2024

La intuición, tu brújula interna



La intuición no es exclusiva de los genios, ni es un don que poseen unos pocos, ni es únicamente una característica de personas sensibles. En este artículo exploramos la intuición como don único que todos poseemos y cómo desarrollarla.

Albert Einstein dijo que la intuición es un don sagrado y que la mente racional debe ser su servidor. Y entonces, ¿qué pasó? Con el tiempo, parece que hemos priorizado al servidor y olvidado el don. Pero la intuición, esa voz interna que nos guía, es esencial en nuestras decisiones diarias, aunque la sociedad la subvalore. 

¿Qué dice la historia?

Para entender por qué la intuición ha sido relegada, retrocedamos en el tiempo. En el 4.000 A.C. Platón y Sócrates debatían sobre la existencia del alma, lo que generó siglos de confrontación entre la lógica y la emoción. Lamentablemente, la lógica ganó en nuestras instituciones. 

Además, la estructura patriarcal también influyó, asociando emociones e intuición con lo femenino, y considerándolas inferiores. Esta percepción cultural ha hecho que muchos eviten conectar con su intuición por miedo a parecer débiles. La ciencia, liderada por figuras como Francis Bacon, quien afirmó que el propósito del conocimiento era controlar la naturaleza, contribuyó a nuestra desconexión con la esencia humana y con la intuición.

A lo largo de los años, la intuición ha sido vista como irracional, cuando en realidad es una poderosa herramienta que surge del subconsciente, alimentada por nuestra experiencia y conocimiento acumulado.

Cultivando la intuición

Aquí algunas prácticas efectivas para cultivarla  

  • Meditación y respiración. Estas prácticas ayudan a silenciar la mente y sintonizar con nuestra voz interior, creando un espacio para que la intuición florezca.
  • Crear algo. Expresarse pintando, escribiendo, tocando un instrumento o bailando, nos permite salir de nuestra zona de confort y explorar nuevas ideas.
  • Inmersión en la naturaleza. Pasar tiempo en la naturaleza de manera consciente, no solo como pasatiempo, puede potenciar nuestra intuición. La naturaleza nos habla si estamos dispuestos a escuchar.


Más allá de la lógica 

Podemos ver la intuición como nuestro "algoritmo interno", ayudándonos a pensar y actuar de forma alineada con nuestro ser auténtico. A menudo, la razón nos ofrece una respuesta clara y lógica, pero la intuición nos conduce por un camino diferente, uno que a veces parece irracional o vacío. Sin embargo, ese vacío es, en realidad, una puerta a un camino profundo y genuino.

Es en estos momentos cuando se necesita valentía para seguir la intuición, dejando de lado la necesidad de control lógico. Aunque la intuición puede parecer ilógica, está basada en una verdad interna que muchas veces supera lo racional.

La intuición es ese vacío que se siente incómodo, pero al mismo tiempo profundamente alineado con nuestra esencia. 

Desmitificando la intuición

Hay varios mitos sobre la intuición que vale la pena desmentir. Uno de ellos es que solo las personas "especiales" tienen intuición. En realidad, todos poseemos esta capacidad; solo necesitamos abrirnos a ella y permitir que se exprese.

Otro mito es que la intuición es simplemente una corazonada sin fundamento. Sin embargo, la intuición está alimentada de experiencias pasadas y conocimientos que hemos acumulado, aunque no siempre seamos conscientes de ellos. Es un proceso en el que el subconsciente analiza información y nos proporciona respuestas rápidas basadas en patrones reconocidos.

La intuición es, además, vista como irracional, cuando es una herramienta esencial para tomar decisiones alineadas con nuestra esencia, llevándonos a experiencias más satisfactorias.

Prácticas para conectar con la intuición

Aquí hay algunas sugerencias prácticas para cultivar la intuición en tu vida diaria:

  • Mantén un diario. Escribe sobre tus pensamientos, emociones y experiencias. Esto no solo te ayudará a procesar lo que sientes, sino que también te permitirá identificar patrones y tendencias en tu vida. Con el tiempo, podrás reconocer más fácilmente las señales intuitivas.
  • Realiza ejercicios de visualización. Imagina situaciones futuras y cómo te sientes en ellas. Pregúntate cómo te gustaría responder y qué decisiones tomarías. Esto puede ayudarte a sintonizarte con tu intuición y a identificar respuestas que resuenen contigo.
  • Crea un espacio para la reflexión. Dedica tiempo a la introspección. Esto puede ser tan simple como sentarte en silencio, cerrar los ojos y permitir que tu mente divague. A menudo, las respuestas a las preguntas que tenemos surgen en momentos de tranquilidad.
  • Confía en tus instintos. Cuando sientas una corazonada o una inclinación hacia algo, tómate un momento para reflexionar sobre ello. Pregúntate por qué sientes eso y qué podría significar para ti. Con el tiempo, aprenderás a confiar más en tus instintos.

Ser único a través de la intuición

La intuición nos diferencia. En la intersección de la neurociencia, la psicología y la física cuántica, se ha comprobado que existe una conexión entre nuestras emociones, pensamientos y acciones. Estas disciplinas confirman que nuestras señales internas, aunque a menudo imperceptibles, influyen profundamente en nuestras decisiones.

La intuición nos libera de los caminos convencionales y de las soluciones más obvias para permitirnos acceder a un nivel más profundo de conocimiento, uno que no se basa únicamente en la razón, sino en una comprensión más holística de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. Al seguirla, no solo tomamos decisiones más alineadas con nuestro ser, sino que nos permitimos ser auténticos , diferentes y únicos en nuestras respuestas a los desafíos de la vida.

En un mundo donde la lógica y el pensamiento lineal dominan, la intuición nos ofrece un camino alternativo. Nos invita a innovar, a crear y a explorar más allá de lo racional. Ser distintos es una consecuencia natural de confiar en nuestra intuición, y nos lleva hacia un crecimiento personal auténtico.

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viernes, 20 de septiembre de 2024

No estaba enojada, sólo necesitaba escribirlo

A veces, lo único que necesitamos es expresar lo que nos pasa. Desde que tengo uso de razón escribo un diario y vuelco ahí todo lo que pienso, siento, quiero decir y no digo. Yo lo tengo claro: necesito escribir por una cuestión de salud física, mental y espiritual.

¡Adentrémonos en la ciencia del journaling! Si alguna vez has sentido curiosidad por saber cómo escribir sobre tus pensamientos y emociones puede impactar tu vida, quédate leyendo. Vamos a descubrir qué es el journaling, por qué funciona, y cómo puedes incorporarlo a tu rutina diaria para transformar tu bienestar. 


¿Qué es el journaling?

El journaling, o escritura de un diario, es una práctica que va mucho más allá de simplemente registrar los eventos del día. Es un acto consciente de reflexión personal que te permite explorar tus pensamientos, emociones y experiencias de manera profunda. Al escribir en un diario, te ofreces a ti un espacio para comprender mejor lo que estás viviendo, para organizar tus ideas y para reflexionar sobre tus sentimientos.

El efecto del journaling en el cerebro

Cuando escribimos sobre nuestras emociones y experiencias, activamos varias áreas del cerebro involucradas en el procesamiento del lenguaje, la memoria y la regulación emocional. Específicamente, el cortex prefrontal y el hipocampo juegan roles clave en la organización de pensamientos y en el manejo de recuerdos emocionales. Estudios demuestran que escribir sobre emociones difíciles activa el cortex prefrontal ventrolateral, lo que reduce la actividad en la amígdala, la región del cerebro asociada con el estrés y el miedo. Al procesar nuestras emociones a través de la escritura, literalmente disminuimos nuestra respuesta emocional intensa y ganamos una sensación de control y calma.

La ciencia detrás del journaling

El journaling ayuda a regular las emociones al permitirnos poner en palabras lo que sentimos. Al etiquetar nuestras emociones y experiencias, el cerebro las procesa de una manera más manejable. Un estudio de James Pennebaker, pionero en la investigación sobre la escritura expresiva, reveló que escribir sobre eventos traumáticos o difíciles durante unos minutos al día puede reducir los niveles de ansiedad y estrés a largo plazo. Pennebaker, en su libro "El arte de confiar en los demás"  explica que el simple acto de expresar pensamientos y emociones a través de la escritura ayuda a disminuir el estrés fisiológico, como la presión arterial alta y los niveles elevados de cortisol (la hormona del estrés).

Por otro lado, esta práctica también está relacionada con mejoras en la salud física. Un estudio realizado por la Universidad de Auckland encontró que los participantes que escribían sobre eventos emocionales profundos tenían una mayor capacidad de cicatrización de heridas físicas. Esto sugiere que el journaling puede tener efectos positivos en el sistema inmunológico, posiblemente al reducir el estrés crónico, lo que permite que el cuerpo se recupere más eficazmente.

El journaling también mejora nuestra claridad mental y a tomar decisiones más conscientes. Al escribir, estamos obligados a organizar y estructurar nuestros pensamientos, lo que nos da una visión más clara de lo que está ocurriendo. El acto de escribir puede ayudarte a desbloquear patrones de pensamiento repetitivos, permitiéndote identificar problemas y encontrar soluciones desde nuevas perspectivas. Además, escribir ayuda a tomar decisiones más racionales y menos basadas en el miedo o la ansiedad; ya que al escribir despersonalizar la emoción y puedes ver la situación de manera más objetiva. 

 

Desbloqueo de la creatividad                   

El acto de escribir también está vinculado a la estimulación de la creatividad y la productividad. La escritura diaria, especialmente si se practica por la mañana (conocido como morning pages), puede despejar la mente y generar nuevas ideas. Esto fue explorado por Julia Cameron en su obra El Camino del Artista, donde sostiene que escribir tres páginas cada mañana sin censura ayuda a desbloquear la creatividad y a reducir la "niebla mental".

Además, los neurocientíficos han observado que la práctica del journaling estimula la conexión entre los hemisferios izquierdo y derecho del cerebro. El hemisferio izquierdo está involucrado en el pensamiento lógico, mientras que el derecho se encarga del pensamiento creativo. De esta manera, el journaling crea una integración entre ambos, lo que genera un equilibrio entre la lógica y la creatividad. ¡Hermoso!

Tipos de Journaling

El journaling no es una práctica única; hay diversas formas de hacerlo, cada una con sus propias ventajas y enfoques:

  • Diario personal: Este tipo de journaling se centra en registrar los eventos del día y tus reflexiones personales. Es una forma de seguir el hilo de tu vida y de ver cómo has cambiado con el tiempo.
  • Journaling de gratitud: consiste en anotar cosas por las que estás agradecido. Este enfoque puede mejorar tu bienestar general al enfocarte en lo positivo y cultivar una actitud de agradecimiento.
  • Journaling creativo: incluye técnicas como el bullet journaling, el arte en el journaling y el uso de colores y dibujos. Esto fomenta la creatividad y puede ser una forma divertida de expresarte.
  • Journaling reflexivo: enfocado en explorar pensamientos profundos y reflexiones sobre experiencias significativas. Es ideal para la autoexploración y el crecimiento personal.
  • Bullet journaling: un método estructurado que combina planificación con escritura reflexiva. Puedes usarlo para organizar tu vida diaria, establecer metas y reflexionar sobre tus logros.

Cómo incorporar el journaling en tu rutina

Incorporar el journaling en tu rutina no tiene que ser complicado. Aquí tienes algunos consejos para hacerlo de manera efectiva:

  • Establece un Horario: dedica un momento específico cada día para escribir, ya sea por la mañana para comenzar el día con claridad o por la noche para reflexionar sobre el día. La consistencia es clave para convertir el journaling en un hábito.
  • Crea un espacio de escritura: encuentra un lugar tranquilo y cómodo donde puedas escribir sin distracciones. Puede ser un rincón especial en tu hogar o un café tranquilo.
  • Mantén un diario a mano: lleva contigo un cuaderno o usa una aplicación de journaling para escribir en cualquier momento que lo necesites. Tener tu diario accesible te ayudará a mantener la práctica.
  • Empieza con pequeños pasos: no te sientas abrumado; comienza con unos minutos al día y ve aumentando el tiempo a medida que te sientas más cómodo. No hay una forma correcta o incorrecta de journaling; se trata de encontrar lo que funciona para ti.

Herramientas y recursos

  • Aplicaciones de journaling: apps como Day One, Journey y Penzu pueden ayudarte a mantener tu práctica digitalmente organizada y accesible en cualquier momento.
  • Cuadernos Recomendados: opta por cuadernos con papel de calidad, como los de Moleskine o Leuchtturm1917, que proporcionan una experiencia de escritura agradable y duradera.
  • Plantillas útiles: explora plantillas de journaling disponibles en línea para comenzar con ideas o estructuras. Estas plantillas pueden ofrecerte una guía útil si estás buscando inspiración o dirección. ¡Yo utilizo Notion y me ayuda un montón!

¡Ahora es tu turno! Te animo a comenzar tu propia práctica de journaling hoy mismo. No tienes que seguir un formato rígido; simplemente empieza a escribir sobre tus pensamientos y sentimientos. Verás cómo esta práctica se convierte en una herramienta invaluable para tu bienestar y crecimiento personal. 

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jueves, 5 de septiembre de 2024

¿Qué hice para merecer esto?





Cuando la vida no es justa, lo que no ves detrás de cada desafío

¡Qué injusta es la vida! una afirmación que suele salirnos en momentos difíciles de nuestra vida - y no tanto- Y aunque pueda parecer que todo está en tu contra, la vida sigue una lógica propia, donde cada acción, decisión y evento encajan dentro de un orden mayor que no siempre se alinea con nuestras expectativas de justicia. Sin embargo, la clave está en entender que la vida es coherente, no necesariamente justa. Esta idea puede parecer desconcertante al principio, especialmente si estamos acostumbrados a esperar una especie de justicia universal donde todo buen acto sea recompensado y todo mal acto castigado. 

En este artículo, exploraré esta idea haciendo un recorrido por las diferencias entre justicia y coherencia, y apoyándonos en las perspectivas de filósofos como Friedrich Nietzsche y Charles Darwin. También veremos cómo estos conceptos se manifiestan en la vida diaria, ofreciéndote una nueva manera de interpretar y enfrentar los desafíos que se te presenten. Y, como siempre, te animo a que explores estas ideas a través de la escritura creativa, una herramienta ideal para el autoconocimiento que puedes practicar diariamente.

La vida no es justa, sino coherente

Cuando pensamos en justicia, solemos imaginar un mundo donde las cosas se reparten equitativamente, donde cada acción tiene una consecuencia justa. Si haces el bien, recibes el bien; si haces el mal, enfrentas el castigo. Sin embargo, la realidad rara vez es tan sencilla. La justicia, en su forma más pura, es una construcción humana, un ideal que nos gustaría ver reflejado en el mundo, pero que a menudo choca con la complejidad de la vida.

Por otro lado, la coherencia es una ley natural que rige el universo. Es la idea de que todo sucede por una razón, siguiendo un orden lógico, aunque ese orden no siempre sea evidente o justo desde nuestra perspectiva limitada. La coherencia no se preocupa por el bien o el mal; simplemente es. Se manifiesta en la forma en que los eventos se desarrollan, cómo las acciones generan reacciones y cómo todo, al final, se conecta en una trama más amplia.

Imagina una tormenta que destruye una cosecha. No es justo para el agricultor que ha trabajado duro, pero es coherente dentro del sistema climático que rige el planeta. Las tormentas ocurren, no por justicia o injusticia, sino porque son una parte integral del ciclo natural. La vida, en muchos aspectos, opera bajo esta misma lógica.

Así, la vida, en su funcionamiento natural, sigue un conjunto de reglas y leyes que son coherentes dentro del contexto de la naturaleza, la biología y las circunstancias individuales.

La desconexión del ser humano con la naturaleza 

Para explicar mejor, voy a citar a Friedrich Nietzsche, quien argumentaba que la vida y la naturaleza no son inherentemente justas. Él entiende que la vida es una serie de fuerzas en constante conflicto, y la justicia es simplemente una interpretación humana impuesta sobre un mundo que no opera bajo tales términos.

Por otro lado, podemos analizar a las especies que evolucionan de manera coherente con su entorno, adaptándose para sobrevivir y prosperar. Según Darwin, en su teoría de la evolución, explica que el proceso de evolución es coherente con las leyes de la biología, pero no necesariamente justo. Muchas especies, incluso los individuos, perecen en el proceso, lo que podría parecer injusto desde una perspectiva humana. Sin embargo, es coherente con las fuerzas de la naturaleza que determinan quién sobrevive y quién no

La teoría de Darwin nos muestra que la coherencia en la vida no se trata de justicia, sino de adaptación y supervivencia. Aquellos que se adaptan mejor a su entorno prosperan, mientras que aquellos que no, desaparecen. Este proceso, aunque duro, es esencial para el desarrollo de la vida en la Tierra.

A lo largo de los años, a medida que la tecnología avanzaba, nos fuimos alejando de las leyes fundamentales de la naturaleza. Estas leyes, a diferencia de nuestras ideas humanas de justicia, no responden a conceptos morales ni a juicios de valor. La naturaleza simplemente es, sin pretensiones ni prejuicios. Y, sin embargo, como seres humanos, a menudo caemos en el error de creer que nuestras construcciones sociales —como la justicia— deberían gobernar también el mundo natural.

Nos olvidamos de que, aunque habitamos en ciudades modernas y rodeados de tecnología, seguimos siendo parte intrínseca de la naturaleza. Nuestro bienestar, físico y emocional, está conectado con el equilibrio natural que tantas veces ignoramos. Entonces, ¿por qué insistimos en imponer nuestros juicios y expectativas sobre cómo deberían ser las cosas? ¿Por qué nos creemos superiores, cuando en realidad somos una especie más en constante evolución, sujeta a las mismas leyes de adaptación y supervivencia?

Quizá debamos hacer una pausa y prestar más atención a lo que la naturaleza tiene que enseñarnos. Aceptar que sus procesos, aunque a menudo crueles desde una perspectiva humana, son coherentes y necesarios para la vida en su totalidad. Al reconectar con estos principios naturales, podemos encontrar una forma de vivir en mayor armonía con el mundo que nos rodea, en lugar de juzgarlo bajo parámetros que no le pertenecen.

Tal vez, en lugar de buscar justicia en un sentido tradicional, debemos aceptar la vida tal como es, con sus incoherencias y crueldades, y encontrar nuestro propio camino dentro de ella. Esta aceptación no es un acto de resignación, sino una afirmación de la vida en su totalidad, con todos sus aspectos, tanto los positivos como los negativos.


Ley de Causa y Efecto

La frase "la vida es coherente, no justa" se asemeja principalmente a la Ley de Causa y Efecto (una de las siete Leyes Universales). Esta ley afirma que cada acción tiene una consecuencia y que no hay eventos aleatorios; todo tiene una causa. Aquí es donde entra el concepto de coherencia: en lugar de buscar justicia en el sentido de que todo debe ser equitativo o compensado, esta ley sugiere que todo lo que ocurre tiene una razón detrás y sigue un patrón lógico. 

La vida puede no ser justa desde una perspectiva moral o ética, pero sí es coherente en su funcionamiento. Entender y aceptar esta coherencia puede llevar a una mayor paz interior y a una mejor adaptación a las circunstancias de la vida. En lugar de luchar contra la supuesta injusticia, podemos aprender a navegar con sabiduría y resiliencia dentro del marco coherente de la existencia.

La coherencia en la cotidianidad

Ahora que hemos explorado las diferencias entre justicia y coherencia desde una perspectiva filosófica, veamos cómo estas ideas se manifiestan en la vida cotidiana. Considera, por ejemplo, el caso de alguien que trabaja duro durante años en su carrera, pero no obtiene el ascenso que esperaba. Desde una perspectiva de justicia, esto puede parecer incorrecto. Pero si analizamos la situación desde la coherencia, podríamos ver que hay factores subyacentes que explican por qué sucedió así, como la economía de la empresa, la competencia interna, o incluso las conexiones personales.

Otro ejemplo podría ser una relación personal que termina abruptamente. Puede parecer injusto que, después de tanto esfuerzo y dedicación, la relación fracase. Sin embargo, desde una perspectiva coherente, esa ruptura podría ser necesaria para que ambas personas crezcan y evolucionen, incluso si en el momento parece doloroso y sin sentido.

La coherencia también se ve en la forma en que nuestras decisiones pasadas moldean nuestro presente. Imagina que decidiste cambiar de carrera en un momento crítico de tu vida. Al principio, puede haber sido un paso difícil, lleno de incertidumbre e incluso de sacrificios. Sin embargo, con el tiempo, puedes ver cómo esa decisión encaja perfectamente con quién eres hoy y cómo te ha llevado a donde estás. 

La vida no te ofreció justicia en el momento, pero fue coherente con tus aspiraciones y crecimiento personal.

Todo es escribible

Esta nueva perspectiva nos invita a replantearnos cómo interpretamos nuestras experiencias. No se trata de lo que mereces, sino de cómo puedes adaptarte y aprender de lo que te sucede. Al cambiar tu enfoque hacia la coherencia de los eventos, puedes encontrar un sentido más liberador de tu camino de vida.

Y para comenzar a incorporar este nuevo concepto en tu vida diaria, te invito a que explores tu idea de justicia a través de la escritura. ¿Qué situación de tu vida has experimentado y que crees que ha sido injusta? 

Toma un momento para reflexionar sobre las situaciones que has enfrentado y trata de verlas desde la perspectiva de la coherencia en lugar de la justicia. Escribe sobre cómo estos eventos han moldeado tu vida, incluso si en el momento parecían injustos. Este ejercicio no solo te ayudará a comprender mejor tu propia vida, sino que te permitirá desarrollar una mayor paz interior.

Recuerda que todo es escribible. Cada pensamiento, cada experiencia, cada emoción puede ser plasmado en palabras; y a través de la escritura, puedes descubrir aspectos de ti mismo que nunca habías considerado. No importa si te consideras un escritor o no, lo importante es comenzar. Así que, toma tu cuaderno o abre un documento en tu computadora, y empieza a escribir. Verás cómo, poco a poco, la vida comienza a tener más sentido, no desde la justicia, sino desde la coherencia.

Y si te interesa profundizar en estas y otras ideas, te invito a suscribirte a mi podcast Cómo aprende a decir NO (sin morir en el intento) y mi canal de YouTube, donde hablamos sobre autoconocimiento, escritura creativa y cómo descubrir nuevas perspectivas en tu día a día. 


jueves, 22 de agosto de 2024

¿Por qué me siento así?


¿Cuántas veces te has sentido abrumada por una emoción y no has sabido qué hacer con ella? Tal vez pienses que es más fácil ignorarla, dejarla de lado y seguir adelante. Sin embargo, lo que muchas veces no nos damos cuenta es que nuestras emociones son como brújulas internas, señalándonos el camino hacia lo que realmente necesitamos y deseamos en la vida. Es más, a menudo nuestras emociones contienen información valiosa que puede ayudarnos a conocernos mejor y a vivir de una manera más auténtica y plena. Pero, ¿cómo reconocerlas y gestionarlas adecuadamente, en lugar de dejarlas acumularse hasta que explotan? De eso va este artículo.

La película de Pixar Intensamente (Inside Out, en inglés) ofrece una mirada muy clara de cómo nuestras emociones trabajan en conjunto (y muchas veces en conflicto) para ayudarnos a transitar las distintas situaciones que vivimos. Y aunque parezca que solo se trata de una película animada para niños, la realidad es que ofrece lecciones profundas sobre la importancia de todas las emociones, incluso aquellas que podemos considerar "negativas".

¿Qué son las emociones y por qué son importantes?

Las emociones son respuestas psicológicas y físicas que nos ayudan a enfrentar situaciones de la vida diaria. Desde la alegría hasta la tristeza, pasando por la rabia, el miedo, y el asombro, todas ellas cumplen una función. Daniel Goleman, en su libro Inteligencia Emocional, nos recuerda que las emociones no son simplemente reacciones automáticas, sino que tienen la capacidad de guiar nuestras decisiones, moldear nuestras relaciones, e incluso influir en nuestra salud física y mental.

"...nuestras emociones guían la percepción, el aprendizaje, la memoria y la capacidad para tomar decisiones; ayudan a determinar qué valor damos a las cosas y las acciones; y están estrechamente conectadas con los procesos que regulan la fisiología del cuerpo humano, tales como el sistema inmunológico." Libro Inteligencia emocional de Daniel Goleman.

Pero, a menudo, categorizamos nuestras emociones como "buenas" o "malas", y tratamos de evitar o suprimir aquellas que nos hacen sentir incómodos. ¿Cuántas veces nos han dicho -y hemos dicho-: "No llores", "No te enojes", "No tengas miedo"? El problema es que cuando reprimimos nuestras emociones, en lugar de desaparecer, estas se acumulan y pueden resurgir de formas inesperadas o dañinas para nosotros mismos como para las personas que nos rodean.

En la película, (que si no la viste te la recomiendo) vemos cómo las emociones personificadas dentro de la mente de Riley, una niña pequeña, van influyendo en sus acciones y moldeando sus recuerdos y, en última instancia, su identidad. Esta representación nos recuerda que cada emoción tiene su lugar y su propósito, y que al tratar de ignorarlas, corremos el riesgo de perder una parte importante de lo que nos hace humanos.

La trampa de evitar las emociones

Evitar nuestras emociones puede parecer una solución rápida, pero a largo plazo, puede llevar a problemas mucho mayores, como ansiedad, depresión, o una sensación general de desconexión. Es fácil caer en la trampa de querer sentir solo las emociones "positivas" y evitar aquellas que nos causan dolor o incomodidad. Sin embargo, como nos muestra Brené Brown en su libro Daring Greatly, cuando entumecemos las emociones difíciles, también entumecemos la alegría, el amor, y la conexión.

"No podemos adormecer selectivamente las emociones. Cuando adormecemos las emociones dolorosas, también adormecemos las emociones positivas.". Libro Daring Greatly de Brené Brown.

Piensa en la última vez que sentiste una emoción intensa. Tal vez fue tristeza, enojo o incluso vergüenza. Si te obligaste a "ser fuerte" y a no sentirla, ¿qué pasó después? ¿Desapareció o simplemente quedó enterrada, esperando el momento oportuno para salir a la superficie? La clave aquí es entender que evitar una emoción no significa que esta dejará de existir. De hecho, al evitarla, solo le estamos dando más poder sobre nosotros.

En la segunda parte de Intensamente, cuando Riley comienza la adolescencia, nuevas emociones como vergüenza y ennui emergen en su mente. Ennui, un término francés que describe un estado de apatía y tedio vital, es una emoción que muchos hemos sentido en algún momento, especialmente cuando nos encontramos atrapados en la rutina o desconectados de lo que realmente nos apasiona.

Y en la película, esta emoción se representa como una joven con un móvil en la mano, encarnando esa fase de la vida donde todo parece aburrido y nada tiene sentido. Este personaje nos recuerda que, aunque estas emociones pueden ser incómodas, también son señales de que algo necesita cambiar en nuestra vida. Nos invitan a hacer una pausa, reflexionar, y buscar un camino que nos haga sentir más vivos y conectados.

Gestiona tus emociones

Entonces, ¿cómo podemos empezar a gestionar nuestras emociones de manera más efectiva? Una de las herramientas, que yo considero fundamental a nuestra disposición es la escritura. Escribir sobre lo que nos pasa, y por ende sobre nuestras emociones nos permite procesarlas, entenderlas, y verlas desde una perspectiva diferente. La escritura es una herramienta para "desbloquear" nuestro potencial creativo y emocional.

"Cuando escribimos sobre nuestras emociones, no solo las damos forma y entendemos mejor, sino que también permitimos que nuestras experiencias se conviertan en parte de nuestra historia, en lugar de que nos controlen.". Libro El camino del artista de Julia Cameron.

Al escribir sobre lo que sentimos, no solo liberamos esas emociones, sino que también empezamos a ver patrones y conexiones que de otra manera podrían pasar desapercibidos. La próxima vez que te sientas abrumada por una emoción, intenta escribir sobre ella. No te preocupes por la gramática o la ortografía, simplemente deja que las palabras fluyan. Pregúntate: ¿Qué estoy sintiendo? ¿Por qué me siento así? ¿Qué me está tratando de decir esta emoción?

Aprendizaje de Intensamente 2 (Inside Out 2)

Sin entrar en spoilers, Intensamente 2, nos muestra cómo la llegada de nuevas emociones puede complicar aún más la vida de Riley. Pero también nos recuerda que cada emoción, por difícil que sea, tiene un propósito. En lugar de luchar contra ellas, debemos aprender a escucharlas y a trabajar con ellas.

Por ejemplo, cuando experimentamos ennui, en lugar de ignorarlo, podríamos usarlo como una señal para reflexionar sobre nuestras vidas y considerar si estamos en el camino correcto. Tal vez nos estamos conformando con menos de lo que merecemos, o tal vez hemos perdido de vista lo que realmente nos apasiona.

Al escribir sobre estas emociones, podemos descubrir lo que realmente necesitamos para sentirnos más conectados y satisfechos. Podríamos descubrir que necesitamos un cambio de dirección, o tal vez solo un descanso para recargar nuestras energías.

Integrando la gestión emocional en nuestro día a día 



Aprender a gestionar nuestras emociones no es algo que podamos lograr de la noche a la mañana, de hecho creo que es algo vamos aprendiendo a medida que vamos transitando la vida; habrá momentos en que las manejemos mejor, y otros no tanto. te dejo algunos consejos para integrar la gestión emocional en tu vida cotidiana:

  • Practica la escritura expresiva. Puedes hacer de la escritura un hábito diario. No tienes que escribir durante horas, solo unos minutos al día pueden marcar la diferencia.
  • Haz una pausa para sentir. Cuando sientas una emoción fuerte, detente y siéntela en lugar de tratar de suprimirla. Pregúntate qué te está diciendo y cómo puedes responder de manera saludable.
  • Cultiva la auto-compasión. Recuerda que está bien sentir. No te castigues por tener emociones difíciles, en lugar de eso, trata de ser amable contigo misma. Piensa que sentir la emoción es una puerta a un mejor futuro: no enfermar de algo grave.

Tus emociones no son tus enemigas, son tus aliadas en el camino hacia una vida más plena y auténtica. Al aprender a gestionarlas en lugar de evitarlas, no solo te sentirás más equilibrada, sino que también descubrirás un potencial creativo y personal que quizás ni sabías que tenías.

Así que la próxima vez que sientas una emoción intensa, en lugar de reprimirla, saca tu cuaderno y escribe sobre ella. No tienes que compartirlo con nadie, es un espacio solo para ti. Pero si sientes que te gustaría compartir tu experiencia, me encantaría leerte. Búscame en Instagram.


viernes, 9 de agosto de 2024

¿Yo escribí esto?

 Escribe para conocerte mejor




El acto de escribir es una forma poderosa de explorar nuestro interior y reflexionar sobre nuestras vidas. Más allá de poder ser una posible forma de pasatiempo, la escritura se puede convertir en una práctica de autoconocimiento, una vía para descubrir qué nos pasa internamente, quiénes somos y cómo nos sentimos en el día a día. Al integrar la escritura a nuestra rutina, podemos encauzar nuestra mente al momento presente y así pude convertirse también en una práctica de mindfulness. En este artículo te comparto tres formas de escritura: la escritura creativa, la escritura automática y la escritura de flujo de consciencia. Cada una tiene su propio enfoque y características, pero todas comparten un potencial transformador. ¡Así que prepara tu cuaderno y lápiz!

La escritura como práctica de Mindfulness

La práctica de escribir puede ser muy similar a la meditación. Ambas nos invitan a estar presentes y a prestar atención a lo que está sucediendo en nuestro interior. Cuando escribes, te ofreces un espacio para observar tus pensamientos y emociones sin juicio, permitiendo que surjan de forma natural. Este acto consciente de escribir nos ayuda a sintonizarnos con nosotros mismos, y nos facilita una conexión profunda con nuestras emociones y experiencias.


Beneficios de la escritura como mindfulness

  • Aumenta la autoconciencia: al poner tus pensamientos en palabras, te vuelves más consciente de tus emociones, reacciones y creencias.
  • Reduce el estrés: la escritura puede ser terapéutica, ayudando a liberar tensiones y emociones reprimidas.
  • Mejora la claridad mental: escribir te permite organizar tus pensamientos y ver las cosas desde una perspectiva distinta.



Escritura creativa

La escritura creativa es una forma de expresión artística que abarca diversos géneros, como la narrativa, la poesía y el ensayo. Es un espacio donde tu imaginación puede volar libremente, y donde cada palabra se convierte en una herramienta para explorar tu mundo interno.
  • Imaginación y originalidad: en la escritura creativa, puedes crear personajes, mundos y tramas que reflejan tus pensamientos y emociones.
  • Estilo personal: cada escritor tiene su voz única, lo que permite que las historias y poemas sean un reflejo auténtico de la persona que los escribe.
  • Estructura narrativa: aunque hay libertad, muchas veces se sigue una estructura narrativa básica (introducción, desarrollo y desenlace).
La escritura creativa se diferencia de las otras formas en que busca contar una historia o transmitir una idea a través de la ficción o la poesía. Aquí, puedes explorar temas complejos y emociones profundas a través de personajes y tramas.

jueves, 25 de julio de 2024

Resiliencia vs antifragilidad: ¿resistir o prosperar en el caos?

En todos los órdenes de la vida, enfrentarse a desafíos y adversidades es inevitable. Pero, ¿cómo respondemos a estos retos? Pues existen dos conceptos clave: la resiliencia y la antifragilidad. Si bien ambos términos suelen utilizarse para describir la capacidad de manejar el estrés y la incertidumbre, son muy diferentes en su enfoque y resultados. ¡Vamos a explorar y entender las diferencias!

Resiliencia vs Antifragilidad

La resiliencia es como el super poder de volver al estado original después de una adversidad. Como una pelota de goma que, cuando la aplastas, rápidamente recupera su forma. Las personas, empresas y sistemas resilientes pueden soportar el estrés, recuperarse y seguir adelante, como si nada hubiera pasado. 

Por otro lado, el concepto de antifragilidad va más allá de la resiliencia. Es la capacidad de no sólo resistir al caos y la adversidad, sino de prosperar y mejorar con ellos. Esta idea fue introducida por Nassim Nicholas Taleb y presentada en su libro “Antifrágil: Las cosas que se benefician del desorden”, publicado en 2012. Telab es ensayista, investigador y ex operador de opciones financieras de orígen libanés, conocido por su trabajo sobre probabilidad incertidumbre y manejo del riesgo. Telab explica dicho concepto como una categoría más allá de la resiliencia y la robustez: se refiere a sistemas, organizaciones o personas que no sólo resisten el estrés y la incertidumbre, sino que también se benefician de ellos. 

[[No es cuestión de resistir, es cuestión de mejorar]]

¡Mejora en el caos!

A diferencia de la fragilidad, que se daña con el estrés, y la resiliencia, que simplemente resiste y se recupera, la antifragilidad se fortalece con la volatilidad.

Taleb introdujo este concepto como una extensión de su trabajo previo sobre la incertidumbre y los eventos de "cisne negro". Estos eventos son inesperados y de gran impacto. La antifragilidad se presenta como una forma de prosperar en un mundo donde tales hechos o situaciones son inevitables y, a menudo, impredecibles.

Un evento de “Cisne Negro” es un suceso altamente improbable, inesperado y de gran impacto. Estas situaciones no se pueden prever con métodos tradicionales de predicción y tienen consecuencias enormes y a menudo disruptivas. Así, un sistema o una persona antifrágil no sólo sobrevive a los cisnes negros, sino que también pueden beneficiarse de ellos.

¿Por qué importa la diferencia?

Comprender la diferencia entre resiliencia y antifragilidad puede transformar nuestra manera de enfrentar los desafíos. Mientras que la resiliencia es esencial para resistir y recuperarse, la antifragilidad nos permite no solo sobrevivir, sino también prosperar en medio del caos. En un mundo cada vez más incierto y volátil, desarrollar antifragilidad puede ser la clave para un crecimiento y éxito sostenibles.

Pongamos un ejemplo de persona resiliente: aquella que la echan de su trabajo inesperadamente, aunque al principio estará devastada (y es normal y necesario que sienta ese sentimiento de angustia o incertidumbre), luego se recuperará emocionalmente, buscará otro empleo y volverá nuevamente al ruedo. Por otro lado, una persona antifrágil es quien pierde su trabajo inesperadamente y en lugar de solo buscar un empleo similar, aprovecha la oportunidad para aprender nuevas habilidades, explora su pasión por el emprendimiento y, por ejemplo, podría terminar creando un negocio exitoso que nunca habría comenzado si no hubiera perdido su trabajo.


[[RESILIENCIA: soportar el golpe y volver al estado original 

ANTIFRAGILIDAD: beneficiarse del golpe y mejorar gracias a él]]















¿Cómo desarrollar la antifragilidad?

  • Adopta el cambio: en lugar de resistir la incertidumbre, busca oportunidades en medio del caos.
  • Diversifica riesgos: no pongas todos los huevos en la misma canasta. Involúcrate en proyectos y actividades que puedan beneficiarse de la volatilidad.
  • Aprende y evoluciona: utiliza cada desafío como una oportunidad para aprender algo nuevo y mejorar tus habilidades. 

A nivel individual, adoptar una mentalidad antifrágil implica aprender de los errores, exponerse a desafíos y ver los fracasos como oportunidades para crecer.

Mientras que la resiliencia es una cualidad admirable y necesaria para resistir y recuperarse de las adversidades, la antifragilidad se destaca un paso más al permitir que los sistemas no solo soporten los choques, sino que se fortalezcan y mejoren con ellos. En un mundo lleno de incertidumbre y cambios rápidos, adoptar una mentalidad antifrágil puede ser crucial para el éxito y la sostenibilidad a largo plazo. 

¿Y tú eres resiliente o antifrágil?





Rompe el círculo

Cómo las preguntas correctas pueden transformar tus emociones Las emociones negativas no siempre vienen de lo que pensamos. Entendiendo que ...