Escribe para conocerte mejor
El acto de escribir es una forma poderosa de explorar nuestro interior y reflexionar sobre nuestras vidas. Más allá de poder ser una posible forma de pasatiempo, la escritura se puede convertir en una práctica de autoconocimiento, una vía para descubrir qué nos pasa internamente, quiénes somos y cómo nos sentimos en el día a día. Al integrar la escritura a nuestra rutina, podemos encauzar nuestra mente al momento presente y así pude convertirse también en una práctica de mindfulness. En este artículo te comparto tres formas de escritura: la escritura creativa, la escritura automática y la escritura de flujo de consciencia. Cada una tiene su propio enfoque y características, pero todas comparten un potencial transformador. ¡Así que prepara tu cuaderno y lápiz!
La escritura como práctica de Mindfulness
- Aumenta la autoconciencia: al poner tus pensamientos en palabras, te vuelves más consciente de tus emociones, reacciones y creencias.
- Reduce el estrés: la escritura puede ser terapéutica, ayudando a liberar tensiones y emociones reprimidas.
- Mejora la claridad mental: escribir te permite organizar tus pensamientos y ver las cosas desde una perspectiva distinta.
- Imaginación y originalidad: en la escritura creativa, puedes crear personajes, mundos y tramas que reflejan tus pensamientos y emociones.
- Estilo personal: cada escritor tiene su voz única, lo que permite que las historias y poemas sean un reflejo auténtico de la persona que los escribe.
- Estructura narrativa: aunque hay libertad, muchas veces se sigue una estructura narrativa básica (introducción, desarrollo y desenlace).
“El camino del artista” de Julia Cameron, es un libro que no solo te ayudará a desbloquear tu creatividad, sino que también te guiará en un viaje de autodescubrimiento. A través de ejercicios prácticos, podrás reconectar con tu voz interior y redescubrir tu pasión por escribir.
- Fluidez: la escritura automática se caracteriza por la fluidez y la espontaneidad. Se trata de escribir sin detenerse a pensar, dejando que las palabras fluyan.
- Sin estructura: no hay reglas estrictas ni formato que seguir. La idea es permitir que el subconsciente hable.
- Captura de emociones: Al escribir de esta manera, puedes descubrir pensamientos y sentimientos que quizás no sabías que tenías.
“Escribir en la zona” de Natalie Goldberg, es un libro que ofrece una guía práctica sobre cómo utilizar la escritura automática como herramienta de autoexploración. Goldberg propone ejercicios que te ayudarán a dejar de lado el autocontrol y a permitir que las palabras fluyan.
- Prosa fluida: la escritura de flujo de conciencia a menudo carece de puntuación estricta y sigue el ritmo natural del pensamiento.
- Reflejo del pensamiento interno: busca plasmar la experiencia subjetiva del autor, permitiendo que el lector se sumerja en la mente del escritor.
- Conexiones libres: los pensamientos pueden saltar de un tema a otro, reflejando cómo funciona realmente nuestra mente.
“En busca del tiempo perdido” de Marcel Proust. Esta obra es un excelente ejemplo de escritura de flujo de conciencia, explorando la memoria y la experiencia de la vida con una profundidad impresionante.
- Dedica un tiempo diario: comprométete a escribir al menos 10-15 min al día, en un diario, cuaderno o computadora.
- Experimenta con diferentes estilos: prueba los diferentes tipos de escritura para ver qué te gusta más.
- No te preocupes por la perfección: la escritura no es un examen. Se trata de explorar y expresarte sin miedo y sin auto juzgarte.
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